viernes, 16 de octubre de 2020

 Muchas veces, en el buen sentido de la palabra, somos aceptados en los círculos sociales, una vez demostrado que "merecemos" compartir con ellos, porque poseo los valores y entonces, puedo igualarme con ellos y estar habitando con ellos, dentro de esa burbuja. Burbuja que podría llegar a desvanecerse, para mí, si es que no logro mantenerme económicamente; a lo mejor, estar sosteniéndome a duras penas entre ellos, pero sin perder, el status que los demás me imponen. Y quizás, el "causal" de tal exigencia, sea, después de todo, la herramienta que me permita sostener una estabilidad emocional, dentro un círculo, el cual, yo mismo he perseguido. Es decir, entonces, que he luchado por una superación personal, pero, ¿es mi lugar en el mundo?

¿Por qué, alguien, una vez logrado esa superación personal, a través de una preparación académica, piense o quiera hacer abandono, de su posición social anterior? Porque tú, provienes del proletariado, eres hijo de alguien que se ha machucado los dedos, golpeando piedras en las canteras... Pero, es dable de entender que en cada uno de nosotros, siempre existe esa voluntad por superarnos; sea por nosotros mismos, por nuestros hijos o familia.

jueves, 6 de febrero de 2020

Tú que eres uno más del montón,o mejor dicho, aquel que no forma parte de la clase "privilegiada", porque luchas a diario por ese sustento esquivo en pos de los tuyos, ¿ crees en realidad que son más privilegiados, por el solo hecho de poseer mejores bienes materiales que tú?
Por razones más que obvias, no podemos desconocer que "vivirán y disfrutarán " mejor que nosotros,pero en definitiva,¿cuál es el fin? Claro, que, en el pensamiento del soberbio por ser dueños de riquezas vanas, no sienten ellos la necesidad de ese momento de reflexión, como para darse  de bruces contra ese destino final, que a todos nos acoge...

lunes, 3 de febrero de 2020

"Solo cuento yo",dijo aquel presuntuoso, sin desparpajo y observando a los demás por sobre sus hombros, mientras se ufanaba en ese pequeño momento de gloria. Al parecer, y al unisono, hubo un consenso  intrínseco entre aquellos que habían sentidos tales afirmaciones y verse obligados al abandono  del soponcio ocasionado.
Cuán grande debe verse el error que cometemos y no asumimos como mortales, al creernos superior a nuestros semejantes y decir que somos tan efímeros como ellos. Quizás, dentro del supuesto linaje que ellos suponen poseer,se sientan sobre una supina sobre-valoración material. Pero, ¿alcanza para sentirse superior al otro?
Es dable recomendar, entonces, que sin el semejante, no somos nada.Porque ante la ausencia de ellos, ¿ante quiénes  podríamos presumir? Dado que uno se ufana de tal o cual cosa,teniendo al otro enfrente.

viernes, 31 de enero de 2020

He aquí un axioma de vida, convivencia o pueda llamársela como quieran,pero debería de guardarse hacia un fin común y de respeto mutuo, porque tú habitas al igual que yo, en este pequeño espacio compartido. Y no importa que este pequeño espacio compartido,sea exiguo, o quizás carente de premisas basales de tolerancias,pero siempre debemos de bregar por el bien de nuestros semejantes. Por ello,debemos "dejar" en algún recóndito lugar, el TU y el MI,puesto que la arrogancia y la intolerancia, juegan un papel de doble filo, difícil de maniatar,llegado un caso extremo.
Jamás un individuo de las masas, puede pensar que sus dichos o sus actos,tengan que aplicarse a los otros,no.Porque no posee un peso específico, ni puede convocar a una multitud, en pos de sus propósitos u objetivos. Entonces, se debe creer y congeniar con aquel, al cual reconozco, no compartir con él, ideales ni principios.Pero en esa lucha, debo vencer a mi yo interior y evitar así, que prevalezca una actitud hostil hacia los seres mortales,tanto como yo...

jueves, 30 de enero de 2020

Pequeñas normas de convivencias, no respetadas.

A veces son imperceptibles,muchas veces muy visibles,determinantes. Quizás tan determinante, que logra causar en nosotros una incomodidad que no se puede disimular,máxime, si somos tanto o más, que aquel que nos está incomodando.Por eso, uno a veces trata de ser persuasivo y no dejarse llevar dentro de un carácter que nos "gobierna" interiormente y, por ende,forma nuestra personalidad.Personalidad, que al fin y al cabo,nos orienta, o nos debería orientar, hacia una dirección permeable en concordancia dentro del circulo social a la cual pertenecemos, o debemos pertenecer, o creemos pertenecer. Siempre y cuando, acorde al linaje o a la chapa que subrepticiamente creemos poseer. Puesto que el otro,desconoce, o no tanto, nuestra procedencia, porque siempre existe el que juzga o te engloba dentro de un catarsis,sin el conocimiento literal de nuestros fantasmas o miserias.
Por supuesto que,habiendo diversidad de opiniones y de personas o núcleos sociales, uno debe colegir y asumir que siempre hemos sido propensos,en la mayoría de los casos,emitir juicio sobre aquel, a quien no conocemos. Dado que no tuvimos nunca un ápice de intención de hacerlo y entonces se produce, por una lógica supina,las desavenencias sociales y a raíz de ello,devienen las grietas y ellas, terminan demarcando los limites del TU y del MI.
Es increíble que uno pueda referirse tantas veces, como sea posible, a las diferencias entre el TU y el MI;sin embargo, no hemos aprendido esa lección de una convivencia, que debería ser más compartida y respetada.Loas para aquel, que alguna vez quiso y no pudo;intención que todavía prevalece y no existe,aún, el sentimiento recíproco de una sociedad que, alienadamente, se aferra al status del TU y del MI.